PRESENTACIÓN: Arte y Consciencia

¿Qúe revela o puede revelar el Arte?

Lo más interesante para explorar creativamente pintando y expresarnos en cada ocasión (sin miedo a sentir que está bien o mal); es la confianza en la propia energía creativa y en el propio camino, en la corriente que quiere expresarse a través nuestro, no atándonos a prejuicios que limitan la acción, soltando las ataduras teóricas que quedan alejadas de este momento presente, los conceptos técnicos que no vengan a ayudar en el instante. En esta forma de colocarnos surge un impulso fresco que revela la propia  sensibilidad artística, y así poco a poco surgen las técnicas necesarias en cada caso, aquello que necesitamos para expresar lo que queremos y sentimos y entramos en un territorio de investigación más fecundo, de reencuentro con el aliento creativo.


Cuando nos colocamos en un estado creativo más cercano a la meditación y más alejado de la obsesión, conectamos, canalizamos y manifestamos las esencias de nuestra realidad vital y artística en la que nos encontramos cada vez. En esta especie de trance artístico vivenciamos libremente la creación y nos sentimos partícipes.

 Esto tal vez, por lo alejado del academicismo y de un orden establecido a priori, pueda sorprendernos y hacernos sentir perdidos dentro de un proceso demasiado expansivo, sin embargo por medio de la acción se genera un diálogo creativo que va dejando sus huellas, sus focos singulares. De esta manera el arte vuelve a recobrar su lugar sagrado, ya sea de conexión con las fuerzas de la naturaleza, el universo o nosotros mismos.

Sería como bailar olvidándonos de que hay alguien mirando, pintar y explorar abandonando la idea del juicio posterior. Esto no significa que en ello no haya coherencia, un sentido si se quiere decir así, o un orden nuevo cada vez, un orden necesario en cada ocasión que nos ponemos manos a la obra. Sería algo así como partir del espíritu creador, de los impulsos esenciales y dinámicos antes de establecer puntos fijos de interpretación, es decir, pasar al lado teórico, al otro territorio. Cómo al artísta lo que le interesa es la conexión por medio de la acción, dejaremos de lado el aspecto puramente teórico, de las tendencias, estilos y modas. Por otro lado podemos también trabajar, ya que es inevitable, con la historia personal de cada uno (estilo propio, huella propia, momento actual), si nos basamos en lo aprendido y en la experiencia propia, de cualquier forma, el balanceo de las energías receptiva y creativa es necesario en todo momento para que sea satisfactorio el proceso y la evolución de lo que hacemos, casi siempre resulta ser más liberador el caudal artístico, porque nos satisface reencontrarnos cada vez en un lugar nuevo, percibiendo el cambio posible y reencontrando a las vez nuestras huellas más personales.


De esta forma investigamos abiertamente -desde un principio lúdico y de experimentación de nuestro ser creador que quiere manifestarse- receptiva y creativamente, balanceando la impresión de lo conocido y lo desconocido, por medio del Arte y la Consciencia.