Experimentación ArtísticaBuscar la creatividad o partir de la creatividad, ¿esa es la cuestión?
Cuando hablamos de Pintura Zen, en este caso no nos referimos a la forma artística puramente oriental, sino a la actitud, al modo de afrontar el proceso creativo. Por medio de esta colocación interna de donde nace la necesidad, las ganas o el gusto por experimentar y expresar la pintura, nos vamos a encontrar en medio de un proceso bastante curioso como mínimo. Nos vamos a encontrar con la necesidad de ser honestos en medio de ese flujo creativo, ya que nos daremos cuenta progresivamente de cómo el aliento o (Chi) influye en la manera de afrontar la pintura en cada momento. Y si queremos participar y enriquecer nuestra obra creativa, asumiremos el lugar activo y receptivo de nuestra presencia en cada caso.
Recordaremos que el principio zen se basa en el presente, en la vivencia del instante y esto se puede sentir e intuir a niveles profundos, pero también de una manera muy sencilla; mediante una disposición abierta a la creación que va a tener lugar en cada momento. Esta disposición está basada en el acoger: cuerpo-corazón y mente de tal manera que se permita un balanceo interno y externo de los acontecimientos artísticos.
Lo que ofrece esta posibilidad es la de poder colocarnos y sentir la apertura, el influjo necesario cada vez, en cada ocasión que nos ponemos a pintar y no sabemos por dónde ir, o si sabemos por donde vamos ya no nos satisface porque nos colocamos en la repetición de los mismos esquemas formales y conocidos. Uno puede muy bien saber pintar o dibujar, pero eso no significa que esté creando. La creación da lugar a Transformaciones constantes, a movimientos y sensibilidades nuevas, a sorpresas y cambios en la percepción del que crea, y por otro lado es necesario un lugar estable y vibrante, una presencia despierta, desde dónde se va a acoger y estimular el advenimiento creativo.
¿Por qué la Meditación en las sesiones de pintura?
Porque queremos partir de esa consciencia que integra cuerpo-corazón y mente y que tiende hacia la entrega y participación en el presente, organiza los contenidos pasados y activa la atención y fluidez, ayudándonos a proyectar nuestra energía creativa. Por otro lado la Meditación nos va a ayudar a liberarnos de condicionamientos, prejuicios e ideas que bloquean nuestra manera de afrontar el presente vital y creativo.
Buscar la creatividad o partir de ella no debería ser un problema, si comprendemos que hay un lugar central desde donde partir de nuestra visión interna, de nuestras sensaciones e impulsos esenciales; y por otro lado hacemos caso a nuestra manera particular de expresar nuestro universo personal. Ya que al final se trata de eso, partir del lugar que propicie el encuentro con las fuerzas creativas, pero a la vez y también, atender a nuestros motivos y paisajes personales: presentes, pasados o futuros hasta crear un nuevo instante fluido y centrado, desde donde poder acceder a nuestras pinturas.
El medio artístico se puede enfocar desde muy diferentes ángulos, pero si partimos de lo esencial, haremos hincapié en tres modos de comprender el trabajo con la Pintura Creativa.
- "El Zen en la Pintura Creativa":
En esta forma de acercarnos nos damos cuenta que por primera vez la intención de crear aparece mediante el espíritu, la mente moviliza y cambia los contenidos artísticos y el cuerpo renueva la sensibilidad y ofrece las técnicas y maneras de expresión.
En las sesiones de pintura zen, aparte de tener en cuenta este principio, se atiende a ejercicios para aprender a tratar con: el tono – la forma –el foco –la composición –la fluidez- el movimiento – el espacio – la luz y el color, así como los temas expresivos, etc.
Los medios que se utilizan suelen ser la acuarela por sus características fluyentes y el acrílico.
- "Energías internas y Arte Abstracto": Esta forma de trabajo se basa en la conexión con las energías primordiales mediante una toma de contacto anterior a la pintura con ejercicios corporales de sensibilidad y fuerza.
Por otro lado, nos damos cuenta de las posibilidades expresivas, emotivas e imaginativas que nos ofrece el Arte Abstracto. Atrayendo las posibilidades de creación personal, mediante el contacto con los siete centros energéticos principales.
El proceso en este caso forma parte del objetivo creativo. Al final escucharemos nuestras pinturas y los motivos que dieron lugar a las creaciones personales.
- "Composición Creativa y Técnicas Mixtas": Esta manera de trabajar es muy imaginativa ya que parte del juego y de la necesidad de crear cosas nuevas, de volver conocido lo desconocido y al contrario. Reconduce las ideas y conceptos, así como las imágenes y sentimientos para contar nuestras diferentes historias por medio de la pintura.
Se vuelve inspirador porque las posibilidades se multiplican cuando nos permitimos esa comunicación directa con lo creativo mismo y los motivos personales entran a formar parte del juego. Se asume la posibilidad de mezclar, de romper con formas establecidas, de atrevernos a improvisar, liberando objetos, texturas, transformando imágenes, recobrando nuevos contenidos y sintiendo por medio de los cambios, nuevos caminos para actuar, fluir y crear.
Lo más importante en la pintura creativa es que nos hace conectarnos con nuestro instinto liberador y conectar también con nuestra intuición, esta nos ayuda a acercarnos o a alejarnos y a abrir nuevos caminos. Así nos desvincularemos de los modelos exteriores, de los condicionamientos y prejuicios, y volveremos a sentir y a actuar mediante el contacto genuino con nosotros mismos.
Nuria Fernández
Arteduna, Escuela de Creación
Cuando hablamos de Pintura Zen, en este caso no nos referimos a la forma artística puramente oriental, sino a la actitud, al modo de afrontar el proceso creativo. Por medio de esta colocación interna de donde nace la necesidad, las ganas o el gusto por experimentar y expresar la pintura, nos vamos a encontrar en medio de un proceso bastante curioso como mínimo. Nos vamos a encontrar con la necesidad de ser honestos en medio de ese flujo creativo, ya que nos daremos cuenta progresivamente de cómo el aliento o (Chi) influye en la manera de afrontar la pintura en cada momento. Y si queremos participar y enriquecer nuestra obra creativa, asumiremos el lugar activo y receptivo de nuestra presencia en cada caso.
Recordaremos que el principio zen se basa en el presente, en la vivencia del instante y esto se puede sentir e intuir a niveles profundos, pero también de una manera muy sencilla; mediante una disposición abierta a la creación que va a tener lugar en cada momento. Esta disposición está basada en el acoger: cuerpo-corazón y mente de tal manera que se permita un balanceo interno y externo de los acontecimientos artísticos.
Lo que ofrece esta posibilidad es la de poder colocarnos y sentir la apertura, el influjo necesario cada vez, en cada ocasión que nos ponemos a pintar y no sabemos por dónde ir, o si sabemos por donde vamos ya no nos satisface porque nos colocamos en la repetición de los mismos esquemas formales y conocidos. Uno puede muy bien saber pintar o dibujar, pero eso no significa que esté creando. La creación da lugar a Transformaciones constantes, a movimientos y sensibilidades nuevas, a sorpresas y cambios en la percepción del que crea, y por otro lado es necesario un lugar estable y vibrante, una presencia despierta, desde dónde se va a acoger y estimular el advenimiento creativo.
¿Por qué la Meditación en las sesiones de pintura?
Porque queremos partir de esa consciencia que integra cuerpo-corazón y mente y que tiende hacia la entrega y participación en el presente, organiza los contenidos pasados y activa la atención y fluidez, ayudándonos a proyectar nuestra energía creativa. Por otro lado la Meditación nos va a ayudar a liberarnos de condicionamientos, prejuicios e ideas que bloquean nuestra manera de afrontar el presente vital y creativo.
Buscar la creatividad o partir de ella no debería ser un problema, si comprendemos que hay un lugar central desde donde partir de nuestra visión interna, de nuestras sensaciones e impulsos esenciales; y por otro lado hacemos caso a nuestra manera particular de expresar nuestro universo personal. Ya que al final se trata de eso, partir del lugar que propicie el encuentro con las fuerzas creativas, pero a la vez y también, atender a nuestros motivos y paisajes personales: presentes, pasados o futuros hasta crear un nuevo instante fluido y centrado, desde donde poder acceder a nuestras pinturas.
El medio artístico se puede enfocar desde muy diferentes ángulos, pero si partimos de lo esencial, haremos hincapié en tres modos de comprender el trabajo con la Pintura Creativa.
- "El Zen en la Pintura Creativa":
En esta forma de acercarnos nos damos cuenta que por primera vez la intención de crear aparece mediante el espíritu, la mente moviliza y cambia los contenidos artísticos y el cuerpo renueva la sensibilidad y ofrece las técnicas y maneras de expresión.
En las sesiones de pintura zen, aparte de tener en cuenta este principio, se atiende a ejercicios para aprender a tratar con: el tono – la forma –el foco –la composición –la fluidez- el movimiento – el espacio – la luz y el color, así como los temas expresivos, etc.
Los medios que se utilizan suelen ser la acuarela por sus características fluyentes y el acrílico.
- "Energías internas y Arte Abstracto": Esta forma de trabajo se basa en la conexión con las energías primordiales mediante una toma de contacto anterior a la pintura con ejercicios corporales de sensibilidad y fuerza.
Por otro lado, nos damos cuenta de las posibilidades expresivas, emotivas e imaginativas que nos ofrece el Arte Abstracto. Atrayendo las posibilidades de creación personal, mediante el contacto con los siete centros energéticos principales.
El proceso en este caso forma parte del objetivo creativo. Al final escucharemos nuestras pinturas y los motivos que dieron lugar a las creaciones personales.
- "Composición Creativa y Técnicas Mixtas": Esta manera de trabajar es muy imaginativa ya que parte del juego y de la necesidad de crear cosas nuevas, de volver conocido lo desconocido y al contrario. Reconduce las ideas y conceptos, así como las imágenes y sentimientos para contar nuestras diferentes historias por medio de la pintura.
Se vuelve inspirador porque las posibilidades se multiplican cuando nos permitimos esa comunicación directa con lo creativo mismo y los motivos personales entran a formar parte del juego. Se asume la posibilidad de mezclar, de romper con formas establecidas, de atrevernos a improvisar, liberando objetos, texturas, transformando imágenes, recobrando nuevos contenidos y sintiendo por medio de los cambios, nuevos caminos para actuar, fluir y crear.
Lo más importante en la pintura creativa es que nos hace conectarnos con nuestro instinto liberador y conectar también con nuestra intuición, esta nos ayuda a acercarnos o a alejarnos y a abrir nuevos caminos. Así nos desvincularemos de los modelos exteriores, de los condicionamientos y prejuicios, y volveremos a sentir y a actuar mediante el contacto genuino con nosotros mismos.
Nuria Fernández
Arteduna, Escuela de Creación
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